jueves, 30 de abril de 2009

CIENCIA Y ALIMENTOS

Una industria en expansión

El alimento de LA CIENCIA

La investigación alimentaria bulle ante la exigencia de productos saludables de los consumidores


JAVIER RICOU (La Vanguadia).- En unos años, podremos una bandeja de plástico en el microondas con paella preparada y a la hora de comerla será como si estuviese recién hecha". El anuncio, para ir abriendo boca, lo hace Antonio Trujillo, profesor de Tecnología de la Alimentación de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Si Trujillo no se equivoca, el éxito de ese salto en la calidad de la comida envasada habrá que otorgárselo a la investigación, el desarrollo, la ciencia y la tecnología aplicada a los alimentos. Yogures con propiedades múltiples, verdura o fruta cortada para consumir... este es un campo en plena ebullición y en el que empiezan a resquebrajarse creencias culinarias como la de que todo lo envasado huele a poco natural. La investigación relacionada con los alimentos nunca había despertado antes tanto interés social y da a la industria una vertiente de futuro. El consumidor es cada vez más exigente y sabio a la hora de buscar los beneficios para la salud de la comida que ingiere. Partiendo de la base, recalca Antonio Trujillo, de que "los alimentos no son medicinas", lo que sí están consiguiendo la ciencia y la tecnología aplicada a la industria alimentaria es "la elaboración de productos envasados que mantienen prácticamente todas las cualidades nutritivas y los beneficios para la salud que tienen en su estado natural", añade. El avance obtenido, a costa de muchas horas de laboratorio, queda patente con la interminable lista de productos que ofrece el mercado con mensajes que animan a su consumo por ser beneficiosos para la salud (reducir el colesterol, mejorar los procesos digestivos o reforzar aportes de nutrientes). Y ahí, coinciden en asegurar expertos en tecnología de la alimentación, no se miente. La normativa europea obliga a todas las empresas a demostrar mediante estudios que la publicidad - en esas campañas de venta de comida-es cierta y no se engaña al consumidor. Además, irá fijando los estándares que se deberán cumplir para poder decir que un producto tiene tal o cual beneficio para la salud. En el departamento de la UAB del que forma parte Trujillo se investiga, principalmente, con productos lácteos. Este sector podría decirse que ha sido pionero a la hora de aplicar la ciencia y la tecnología en el proceso de elaboración de su materia prima. La gran variedad, por ejemplo, de yogures o leches fermentadas que hay en el mercado con variados ingredientes saludables es la prueba de la confianza ganada entre los consumidores. Danone, multinacional puntera del sector, tiene su propio instituto para fomentar, con becas, ayudas y premios, la investigación científica relacionada con la alimentación. Las empresas son conscientes de las nuevas exigencias del consumidor, y, en el caso de los lácteos, no hay mejor premio que poder poner en el mercado un producto envasado con idénticos beneficios para la salud que si se consumiera fresco. En esos laboratorios, añade Antonio Trujillo, se ha descubierto también la tecnología necesaria para la elaboración de alimentos con el mayor grado de beneficios para la salud y "que rozan la línea que va entre la comida y la medicina". Son los denominados nutracéuticos - como sería el caso de la leche fermentada-que científicamente se ha probado que ayudan a prevenir enfermedades como la presión arterial oel colesterol elevados. Pero la investigación y el desarrollo en la alimentación pueden dar, aún, mucho más de sí. En la Universitat Autònoma de Barcelona se trabaja para sustituir el proceso térmico - calor con el que se logra la conservación y eliminación de microorganismos-por otros sistemas sin aplicación de altas temperaturas, que se han demostrado eficaces para mantener el sabor, olor o textura de la comida. Y ahí es donde entraría la paella que citaba Trujillo. El camino hecho por la industria láctea u otras similares en investigación y aceptación del producto por parte del consumidor contrasta con lo poco que se ha andado, en esa senda de la ciencia, con otros productos alimenticios como la fruta o los vegetales. Yno es porque no haya investigadores en este campo. "Lo que ocurre - afirma Olga Martín, catedrática de Tecnología de la Alimentación de la Universitat de Lleida (UdL)-es que los empresarios de la fruta o la verdura aún no se acaban de creer las ventajas que se les abren con la aplicación de la ciencia en la alimentación, y el consumidor tampoco está entrenado en el consumo envasado de este tipo de productos". En los laboratorios dirigidos por esta catedrática se trabaja con una técnica que - al igual que ocurre con la leche-ha sustituido el calor por otro sistema para la conservación. Uno de los éxitos del equipo de Olga Martín es haber desarrollado una técnica para el envasado de fruta cortada, que no pierde - tras bañarla, entre otros elementos, con vitamina C-un ápice de frescor, sabor, ni tampoco cambia la textura y el color. El mismo sistema vale para los zumos, otro de los productos con los que se trabaja en la UdL, y que conservan, además del sabor y el color originales, todos los beneficios para la salud de la fruta. Olga Martín, premiada recientemente por la Generalitat por sus investigaciones, alerta de que muchas veces "se piensa que se consume una pieza fresca, porque no está envasada, cuando en realidad no sabemos los días que ese producto lleva en el mercado, el tiempo invertido en su traslado o los productos usados en su cultivo". Esta catedrática añade que con las nuevas técnicas de conservación "no hay lugar al error". Cambiar el chip del consumidor en el mercado de frutas y verduras es harto complicado. Pero hace unos años nadie parecía prestar atención a las ensaladas envasadas en bolsas de plástico y se prefería las que estaban amontonadas en una caja, al pensar que acababan de llegar del huerto. Esta tendencia está cambiando, y esa verdura conservada gracias a estos estudios de laboratorio ha empezado a triunfar en el mercado. "Los consumidores han apreciado que la calidad de esas ensaladas es idéntica a la que no va envasada y, además, resulta más cómoda comerla ya que no hay ni que lavarla una vez se saca de la bolsa", concluye Martín.

sábado, 4 de abril de 2009

VILLABONA: CÁRCEL DE LA ESPERANZA ©RICOU



LA CÁRCEL DE LA LIBERTAD


Javier Ricou | Villabona | Ciudadanos

La conquista de la cárcel es posible. En un pedazo de la prisión asturiana de Villabona se ha roto la ley del silencio. Funcionarios e internos se han encontrado en una pionera apuesta por la transparencia y la sinceridad. En ese espacio de la cárcel de Villabona se ha declarado la guerra a la droga y la violencia y nadie duda de que la reinserción es posible. Aquí el protagonista, sin que importe el delito cometido, es el interno. No se trabaja sobre él, sino con él. El resultado: el 95% de los internos logra reinsertarse a la sociedad, sólo el 5% vuelve a delinquir. Nada que ver con lo que ocurre en el resto de las cárceles, donde casi un 40% de los reclusos vuelve a delinquir una vez alcanza la libertad.

Creando escuela. La experiencia ya tiene imitadores y siete prisiones de España han empezado a ensayar ese programa que dibuja una cárcel desconocida hasta ahora. Los penales de Villena (Alicante), Teixeiro (A Coruña), Jaén, Albacete, Huelva, Aranjuez y Bonxe (Lugo) han apostado por el proyecto. Los buenos resultados obtenidos en Villabona se están analizando ahora en Catalunya. Una comisión surgida a raíz de un viaje organizado la pasada semana desde Barcelona por ciudadanos concienciados en políticas de reinserción ya ha trasladado a la Conselleria de Justícia y a la Secretaria de Serveis Penitenciaris su positiva impresión de la iniciativa, que creen que podría ensayarse en Catalunya.

Flores entre rejas. "¿Qué te interesa ver? ¿Adónde quieres ir? Podemos recorrerlo todo. Sólo tenemos que pedir permiso". El que se presta como guía es Israel y la oferta surge durante una conversación en el patio de la prisión en la que este joven, de 26 años, cumple una larga condena por robos. Es la primera prueba de que esa cárcel no es como las demás. Pero hay otros muchos detalles que no encajan con las normas impuestas a alguien que entra de fuera a visitar una prisión. La conversación con el interno discurre sin que se detecte rastro alguno de funcionarios que controlen lo que ahí se explica. El patio está limpio como una patena. Ni una colilla en el suelo, ni un papel, ni ningún recluso fuera de lugar. Hay, eso sí, flores, jardineras de tierra - algo impensable en una prisión convencional ya que ese sería el escondite perfecto para pinchos y drogas- y murales pintados en las paredes. A la charla con Israel se van sumando otros reclusos hasta formarse un grupo de cerca de una decena de personas. Esos internos forman parte del grupo de 416 (de los 1.463 que tiene el penal) que voluntariamente se han apuntado al programa de la unidad terapéutica y educativa (UTE) implantado en la cárcel de Villabona. Son cuatro módulos - de los diez que tiene el penal- divididos en dos espacios.

Puertas abiertas. En la UTE de Villabona caben todos. Homicidas, atracadores, agresores sexuales, traficantes de drogas, estafadores… Historias muy duras. Comportamientos que la cárcel convencional ( "la ambigua, la del abandono y el desinterés", según la definición de Israel), lejos de corregir acabó empeorando. "Yo nunca me he quejado por las condenas, pero sí del trato recibido en prisión", afirma Lázaro, un madrileño que va de cárcel en cárcel desde 1976. Pero en Villabona el pasado no cuenta - eso no quiere decir que no se pague igual que en cualquier otro penal por lo hecho- y la mirada está puesta en el futuro. "Aquí no se cierra la puerta a nadie que muestre interés por el proyecto", asegura Faustino García Zapico, uno de los padres de esta iniciativa y que aterrizó en esa prisión de Asturias en 1992 tras haber trabajado casi una década en la Modelo. Para sobrevivir en esta unidad terapéutica sólo hay que creer en el programa. Nadie engaña ni regala nada y nunca se olvida que esa UTE es una cárcel. Disciplina, esfuerzo, autogestión, confianza, higiene, rechazo a la violencia, abstinencia con las drogas, estudio… Cumplir con todo esto es lo que ha abocado al fracaso a muchos presos que han pasado por ese programa en la última década y que volvieron a los módulos convencionales de Villabona donde la vida, sin tantas exigencias, es mucho más fácil.

Confianza mutua. "Uno de los secretos del éxito es haber acabado con el desencuentro entre presos y funcionarios", añade Faustino García Zapico. Los efectos negativos de un penal los padecen tanto los internos como los trabajadores. En Villabona los dos grupos se han encontrado. "El objetivo es el mismo para unos y otros", afirma Zapico. "Ir conquistando módulos de esta cárcel para incluirlos a nuestro programa ha sido posible al ganar todos en credibilidad", revela. En esta unidad terapéutica el funcionario que hace tareas de vigilancia es, también, tutor de los internos. Esto se ha conseguido abriendo puertas y eliminando espacios como las burbujas cerradas desde las que los vigilantes controlaban lo que ocurría en patios y módulos. Aquí el vigilante es también educador y el interno es, a su vez, vigilante.

Todos vigilan. Jorge nunca olvidará el primer día que pisó la UTE de Villabona tras asumir, después de pasar por otras cárceles y módulos de ese penal, que él también tenía que poner algo de su parte para reinsertarse. "Llegué al centro, y el cacheo, para ver si llevaba droga, me lo hizo otro interno en vez de un funcionario", recuerda. Eso sólo pasa aquí y es la primera señal para el recién llegado de que sin confianza es imposible el éxito. "Si ese interno lleva droga y la entrega no pasa nada. Se tira y no se hace parte. Si la lleva escondida en el cuerpo y lo confiesa, tampoco ocurre nada. Se le da tiempo para que se deshaga de ella y entra", cuenta Jorge. Los propios internos son los que se preocupan de que no corra por los patios y celdas ni una china de hachís. "Si hay un movimiento extraño, los primeros que lo detectamos somos nosotros - revela Israel- y también somos los primeros en cortar el asunto", añade este joven.

Como una sombra. A cada interno se le asigna al llegar a la UTE a una persona que será como su sombra. Es otro preso. Israel prefiere hablar de "seguimiento" más que de "sombra". Ese interno compartirá celda con el recién llegado. La primera norma afecta a la higiene - olvidada en los penales convencionales- y todo lo relacionado con el comportamiento. "Cuando haces un seguimiento de otro interno nunca tienes que olvidar el día que tú llegaste a la UTE y recordar que todo lo que se hace y dice aquí supone una novedad al no parecerse en nada a lo visto en otras cárceles", añade Israel. "La primera semana, por ejemplo, yo nunca doy órdenes a la persona que acaba de llegar. A la hora de limpiar el chabolo,si él no colabora lo hago yo. Lo mejor es convencerle con el ejemplo", sentencia Israel.

Mujeres y hombres. Otra novedad de este modelo penitenciario es que hombres y mujeres comparten, en dos de los módulos unidos por la UTE, todas las dependencias, excepto las celdas. Pasean juntos por el patio, se juntan en las actividades y comparten mesa en el comedor. Y no hay ningún problema. Las mujeres son minoría en este proyecto. Las internas no pueden, sin embargo, acceder a los dos últimos módulos que se han sumado a esta unidad terapéutica, ya que esas puertas se han abierto a los condenados por agresiones sexuales, los únicos que tenían hasta ahora vetada la entrada a este innovador modelo penitenciario. Otra prueba de que la cárcel puede ser conquistada.

jueves, 2 de abril de 2009

DE LO PRIVADO A LO PÚBLICO


La intimidad al DESNUDO


El cotilleo clásico ya no se susurra, y ahora se pregonan miserias y sentimientos a gritos

JAVIER RICOU (La Vanguardia 01/04/2009)

El cotilleo clásico, el de la taberna, la portería, el rincón de la calle, ha dejado de susurrarse. El profesor italiano Umberto Eco lo cuenta muy bien en uno de sus artículos. "El cotilleo ahora se grita, y eso le ha hecho perder su secreto y fascinación". La intimidad ha quedado al descubierto, y los cotillas, sin tema de conversación. Ahora es la propia víctima la que pregona si ningún pudor sus vergüenzas, sentimientos e inquietudes. Y todo se exhibe en una televisión que desnuda como nunca a los invitados que se dejan o en las redes sociales que arrasan en internet. Son las modernas autopistas por las que corren historias de miserias humanas y relatos de diarios personales, que años atrás tenían llave y candado en las tapas.

Y ahí están, encabezando la actual lista de cotilleados por méritos propios, personajes como Jade Goody (la concursante del Gran Hermano británico que comerció con su muerte); la madre de Rocío (la novia del presunto asesino de Marta del Castillo), que abrió las puertas de su casa para enseñar la habitación matrimonial en la que cohabitaban su hija, de 14 años, y su novio, o Kimberly, una británica que, como otros millones de jóvenes, usa las redes sociales de internet para hacer públicas sus penas. Escribió en una de esas páginas "para hacer amigos" que su trabajo le aburría. Su jefe leyó el mensaje y la despidió.

Mercè Mitjavila, profesora de la facultad de Psicología de la UAB, comparte la tesis de Umberto Eco. "El cotilleo se hace ahora en los platós de televisión, en internet, a través de los teléfonos móviles… Esos personajes de usar y tirar creados en este nuevo mundo televisivo y tecnológico nos resultan más conocidos y cercanos que nuestros propios vecinos de escalera", afirma esta psicóloga.

Pero ¿qué ha motivado esa pérdida de un valor tan preciado como la intimidad? Victoria del Barrio, catedrática de Psicología de la Personalidad, opina que se ha llegado a esta situación "porque actualmente se ha dejado de transmitir el sentido y valor que tiene la intimidad". Esta profesora de la UNED considera que los adolescentes y jóvenes de hoy en día "tienen menos vida interior". Los valores que predominan entre la población más joven son los que beben fuera del entorno familiar. "La socialización individual, o lo que sería lo mismo, las conductas asociadas a los padres, se están perdiendo", alerta Victoria del Barrio.

En ese mercado de la intimidad al desnudo triunfa como nunca el exhibicionismo de los ciudadanos comunes y corrientes, cuyas historias empiezan a interesar ya más que las de los famosos. La profesora Mitjavila achaca esta moda de la transparencia pública "a un cambio en los criterios morales y éticos". "Aquello que antes se comentaba en privado porque estaba mal visto socialmente, según marcaban los cánones de la ideología dominante, se muestra ahora a la vista de todo el mundo y ya casi nadie se escandaliza".

Dinero, fama pasajera, ansias de protagonismo, búsqueda de aceptación social… son sólo algunos de los motivos a los que psicólogos y sociólogos se refieren cuando se les pregunta qué ha pasado para que la intimidad se haya tornado en espectáculo. Dinero es lo que ha buscado Jade Goody para mostrar su agonía ante las cámaras. O el niño británico de 13 años que, con la bendición de sus padres, cobró una millona-


Null

da por vender la exclusiva de su paternidad. Lo chocante de este último caso es que ahora una prueba de ADN ha demostrado que ese pequeño no es el padre de la criatura que parió una niña de tan sólo 14 años y que al parecer tenía otros "novios", que no dudaron en salir a escena cuando supieron del embarazo.


Ansias de protagonismo y unos minutos de fama es lo que habrá empujado a la madre de Rocío (la novia del presunto asesino de Marta del Castillo) a airear la relación marital que su hija, de 14 años, mantenía con Miguel Carcaño en la casa de la familia. En este apartado podría incluirse también a Rubén Noé Coronado Jiménez, un español transexual de 25 años que acaba de iniciar una peregrinación por los platós televisivos tras anunciar que está embarazado y espera gemelos (véase la página 24).

La búsqueda de aceptación social queda reservada para las redes sociales. "La exhibición grotesca, exagerada, histriónica, de las emociones es lo que permite construir un personaje de éxito que gane el reconocimiento y el prestigio social de tus iguales", ha escrito José Errasti, profesor de Psicología de la Universidad de Oviedo. Mercè Mitjavila indica que el gran cambio entre lo que pasaba antes y ocurre ahora con los adolescentes que desnudan sus sentimientos y también su cuerpo en internet "son las nuevas herramientas utilizadas para hacer correr esa información". Esos jóvenes que se confiesan en las redes sociales en páginas que vienen a sustituir los tradicionales diarios personales "raras veces comparten esa información, que no puede ser ya más pública una vez se ha colgado en la red, con padres, adultos y educadores".

Muchas empresas rastrean en esas comunidades virtuales para conocer mejor los perfiles de sus trabajadores. Lo comprobó meses atrás una joven a la que su jefe llamó al despacho para despedirla después de leer un comentario en el que esa chica confesaba a sus "amigos" de la red lo poco que le gustaba su trabajo.