domingo, 22 de marzo de 2009

VIOLENCIA POLICIAL


MOSSOS: DETRAS DEL UNIFORME


"Los antidisturbios de los Mossos actúan en unas novecientas manifestaciones al año sin estridencias"

JAVIER RICOU (La Vanguardia)

Son más de catorce mil. Cada vez hay más mujeres, aunque los hombres son mayoría y la media de edad ronda los 40 años. Mil doscientas horas (nueve meses) es el tiempo que dura la formación y más de un 10% de los seleccionados abandona sin acabar el curso. Ahora mismo, hay 10.952 candidatos para cubrir las 980 plazas de la promoción 23 de los Mossos: once aspirantes para cada uniforme.

La policía catalana está en horas bajas, aunque en las encuestas ciudadanas mantiene el notable. El mea culpa entonado por los responsables de Interior a raíz del abultado e indiscriminado parte de bajas en las cargas estudiantiles o el trasiego de agentes sentados en el banquillo reservado para delincuentes han abierto una brecha.

Detrás de esas imágenes de impacto hay, sin embargo, un ejército de mujeres y hombres (14.200) que día tras día visten el uniforme, convencidos de que su misión es beneficiosa y necesaria para la sociedad. Así lo afirma el inspector de los Mossos Josep Guillot. Es el responsable del Àrea d´Ordenació Professional y desarrolla un papel clave en la, según él, "estricta selección" de los candidatos a agentes.

El mando de los Mossos admite que en la manifestación estudiantil de Barcelona chirrió el buen quehacer policial, pero recuerda que esa Unitat d´Ordre Públic ahora cuestionada interviene "en novecientas manifestaciones al año y esas operaciones se ejecutan sin estridencias". ¿Hasta qué punto afecta en el ánimo de mossas y mossos pasar del bando de los buenos al de los malos? El inspector Guillot afirma que recibir críticas no es lo que más molesta. Eso va con el uniforme. "Hay que saberlas aceptar y, además, de todo se aprende". Lo que duele más "es la incapacidad que a veces tenemos para explicar nuestro trabajo".

La formación resulta básica para superar las horas bajas. "La ilusión no se ha perdido", asegura Josep Guillot, y la persona que hoy se plantea entrar en los Mossos "tiene muy clara cuál es la función de esta policía". En la escuela de Mollet se inculca a esos aspirantes la importancia que tiene en el trabajo del agente la parte asistencial. "Salimos a la calle para solucionar problemas, ayudar al ciudadano, hacer de intermediarios…".

Los Mossos han entrado en la etapa adulta y eso juega a su favor. La experiencia ayuda - revela Guillot-al autocontrol. La edad media de los aspirantes de las últimas promociones también ha aumentado hasta los 29 años. Cada vez hay más universitarios (un 7%), mientras las mujeres - ahora el 20% de la plantilla-también ganan terreno. Las candidatas femeninas de las últimas promociones rozan el 30%, "algo que no ocurre en ninguna otra policía".

El ánimo y estima por el trabajo queda demostrado con el índice de bajas. Ronda el 6% y la mayoría son por lesiones. El inspector Guillot también contesta, con cifras, a los que piensan que "cualquiera vale para ser mosso". Tener once candidatos por cada plaza "garantiza una buena selección y nos permite descartar los perfiles que no encajan". Un 12% de los elegidos "caen" antes de acabar el curso. Muchos de los rechazados en el proceso de selección (un 40%) vuelven a intentarlo en posteriores convocatorias y aprueban. "Eso no es malo - concluye Guillot-,porque es la prueba de que en este trabajo hay una gran dosis de vocación". Y es que las aptitudes puntúan tanto o más que el conocimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario