sábado, 28 de marzo de 2009

VUELA EN LA NIEVE ©RICOU




Nieve exprimida


Las estaciones combaten la crisis con ofertas que van más allá de las pistas de esquí


JAVIER RICOU

Dormir en un hotel-iglú, disfrutar de una fiesta gay tras una placentera jornada de esquí, encontrar pareja en el telesilla del amor,conducir un vehículo por una pista nevada rodeado de esquiadores, tomarse una copa entre palmeras a más de dos mil metros de altura o sentir la emoción de un acelerado descenso siguiendo la traza abierta por un singular guía llamado Pocholo. La imaginación, en tiempo de crisis económica, triunfa como nunca en la nieve, y las estaciones de los Pirineos compiten en ingenio para atraer clientes a las pistas.

Los empresarios del esquí descubrieron, hace ya algunas temporadas, que el amante de la nieve busca otros alicientes más allá del placer proporcionado con los descensos por las pistas. Andorra y las estaciones aragonesas explotadas por el grupo Aramón destacan en el lanzamiento de ofertas singulares, pero los complejos del Pirineo catalán empiezan a dar también la talla, conscientes de que estas nuevas estrategias aportan beneficios extras y ayudan a captar a nuevos clientes.

Esta temporada pasará a la historia por un exceso de nieve y un descenso del poder adquisitivo de los esquiadores, que no son inmunes a la crisis, pero sería de justicia recordarla también por las altas dosis de imaginación que están poniendo los empresarios de la nieve en sus estrategias para captar nueva clientela en estos momentos difíciles.

Las ofertas de esta campaña en los complejos de los Pirineos no pueden ser más variadas y singulares. La posibilidad de pasar la noche entre paredes de hielo, en un hotel-iglú construido este invierno en las pistas andorranas de Grandvalira, es una de las iniciativas que destacan por su exclusividad.

Jerónimo, director de este hotel de hielo, asegura que no hay otro complejo igual en el sur de Europa. El hotel, con una decena de habitaciones, ha sido construido en una cota cercana a los dos mil metros en el sector de Soldeu-El Tarter. "La respuesta que estamos teniendo de los clientes es muy positiva, y el negocio funciona", afirma Jerónimo. A partir de 99 euros por noche y habitación (el precio varía en función de la fecha elegida), un esquiador puede dormir en ese singular hotel, iluminado con velas y donde la temperatura en su interior ronda siempre los cero grados. En ese gigante y laberíntico iglú, que tiene también un bar al que puede acceder durante el día todos los esquiadores, se han construido algunas suites en las que no falta el jacuzzi. Se duerme arropado por las plumas de sacos de dormir, y la sensación, añade Jerónimo, "es única e irrepetible".

Pero las novedades de esta temporada en el mundo del esquí no se acaban con este hotel-iglú de Grandvalira. Otras estaciones, como Baqueira-Beret, acaban de ser también noticia al celebrarse la Primera Semana de Esquí Gay en Val d´Aran. Este tanto se lo ha marcado la agencia Aran Vacaciones, que estudia ya repetir experiencia después del éxito de esta primera convocatoria. Los esquiadores que se apuntaron a esta inédita semana en la nieve no tuvieron mucha suerte con el tiempo - el encuentro coincidió con el último temporal-,pero sí disfrutaron de toda una retahíla de ofertas paralelas al esquí que la estación aranesa pone a disposición de sus clientes, como excursiones con trineos tirados por perros, visitas a las termas de Les, salidas con motos de nieve o fiestas nocturnas organizadas en diferentes locales del valle.

El guante de las relaciones personales en la nieve lo acaba de recoger la estación de Cerler (valle de Benasque), del grupo Aramón. En esta estación del Pirineo de Huesca se celebra este fin de semana el Primer Encuentro de Singles con Match. com. El esquí no está reñido con la búsqueda de pareja, y el escenario elegido por Cerler para propiciar nuevas relaciones no puede ser más adecuado. La mayoría de las actividades entre solteros y solteras, indica Jaime Río, responsable de marketing de la estación, transcurren en el telesilla del amor.Esta es una de las instalaciones más antiguas de las pistas, un remonte de dos plazas que, a velocidad muy lenta, lleva a los esquiadores hasta la terraza Sarrau Beach, otra de las novedades de una temporada que derrocha imaginación. Ese bar ubicado a dos mil metros, con barra de hielo, vistas mágicas y alguna que otra palmera, rompe con lo visto hasta ahora en las pistas de esquí.

LOS FAMOSOS COMO RECLAMO

Pocholo cambia Eivissa por el balneario de Boí


La Vall de Boí goza este invierno de una nueva y anhelada incorporación en la oferta turística. Esta temporada ha abierto el balneario de Caldes. Aguas termales y nieve forman parte de un mismo paquete, al que acababa de sumarse otro aliciente muy singular. José Martínez Bordiu, Pocholo,ha cambiado los aires de Eivissa por los del Pirineo de Lleida y se ha instalado en el balneario de la Alta Ribagorça. Es otra estrategia para captar nuevos clientes - caras conocidas incluidas-,de la que sale beneficiada la estación de Boí-Taüll, con un amplio programa de actividades après-ski.Pocholo se ha dejado ver por esas pistas - cuando sus compromisos se lo permiten-,y algunos esquiadores han tenido ya ocasión de ser guiados por él en escapadas a la montaña o descensos por la estación.

Martínez Bordiu también ha sido visto, más de una noche, por locales como L´Era de Barruera para pinchar música. La oferta está incluida en el programa slow ski,ideado por los responsables del balneario de Caldes. Este complejo también ha apostado fuerte por la oferta gastronómica con un nuevo restaurante dirigido por el reconocido cocinero Jean Luc

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