miércoles, 28 de enero de 2009

EL ESQUI DE FONDO LEVANTA CABEZA

La abundancia de nieve anima a un negocio que hace dos años no pudo abrir ni un día las pisas

La crisis económica podría acabar beneficiando a un esquí, más barato y respetuoso con la naturaleza

JAVIER RICOU

TUIXENT.- El esquí nórdico ha levantado cabeza este año después de tres temporadas muy malas por la falta de nieve. Los grosores acumulados en el Pirineo han despertado a las estaciones de fondo, inmersas en uno de los inviernos más dulces de su historia. La afluencia de clientes superó las expectativas de estos complejos en las fiestas de Navidad y algunas de esas estaciones, como la de Tuixent-La Vansa (Alt Urgell), aspiran a batir esta temporada su récord de visitantes.

La nieve caída este invierno ha sido el mejor regalo para un negocio que depende única y exclusivamente del cielo. Pero el esquí nórdico podría sacar esta temporada tajada de uno de los males que ahora mismo afecta a la mayoría de empresas. Todavía es muy pronto para aventurar resultados –recalcan desde las estaciones de fondo- pero en esas pistas se escucha un comentario común: “La crisis económica, a nosotros, igual nos aporta beneficios”.

Con lo que cuesta un forfait en una estación de alpino pueden esquiar en una de nórdico cuatro miembros de una misma familia. Y este es un dato, en los tiempos que corren, que hay que tener en cuenta. El pase de un día, en fin de semana, cuesta nueve euros y medio. Los números del negocio del fondo pueden parecer insignificantes, si se comparan con las cifras del esquí alpino. Pero esas pistas de nórdico, bien gestionadas y con apoyo de la administración, pueden convertirse en importantes motores económicos de los municipios donde están las montañas.

Tuixent-La Vansa es un ejemplo. Estas navidades ha habido días en el que el número de esquiadores ha rozado el medio millar. “Casi hemos batido nuestro récord de visitantes de un día”, revela Horaci Botella, responsable del complejo. Eso ha dado ánimos a un sector que hace solo dos inviernos no pudo abrir puertas ni un solo día por falta de nieve. “Es muy pronto para aventurar resultados, pero la actual situación económica podría acabar por beneficiarnos”, afirma Ramon Sellers, director de la estación de Lles de Cerdanya. Por estas pistas han pasado en un solo día, estas navidades, más de trescientas personas. “A esta cifra hay que sumar –añade Sellers- las personas que acompañan a los esquiadores, los que contratan excursiones con raquetas de nieve, o los que simplemente vienen a pasear por la montaña”. En una sola jornada esta estación puede recibir a más de un millar de visitantes y eso se nota en los negocios turísticos que hay cerca de las pistas.

En el Bosc de Viròs (Pallars Sobirà) las cifras son más modestas. En estas pistas, medio centenar de personas se considera ya como una buena entrada. El principal escollo de esta estación son los servicios. “El refugio tiene una capacidad de cincuenta personas”, indica el director del complejo, Nando Ramon. Y los accesos. El año pasado con las ayudas de la Generalitat se asfaltó un tramo de la pista que conduce a pistas y ahora se acometerá el resto de la obra. “Si conseguimos mejorar este tema y ampliar el refugio podremos recibir a muchos más clientes”, añade Ramon.

Las ayudas públicas se han hecho imprescindibles en un negocio explotado por Ayuntamientos y con muy pocos recursos. Política Territorial parece haber tomado nota de la situación y se han incrementado las ayudas. La Vansa-Tuixent ha estrenado esta temporada carretera y edificio de equipamientos y en Lles de Cerdanya van a destinar los cien mil euros de la última subvención para llevar la luz hasta los edificios de la estación.

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