sábado, 31 de enero de 2009



La Quar (Berguedà) y Arres (Val d´Aran) son los dos únicos municipios catalanes, entre los cuatro del total de España, que han prescindido de las ayudas del plan E de Zapatero

Pueblos sin agujeros




JAVIER RICOU - Arres


Aquí no somos más chulos que nadie, ni tampoco buscamos atención mediática. Sólo el sentido común nos ha llevado a esta situación. No hay nada más". Pere Castet (CiU) es el alcalde de Arres (Baish Aran) y el nombre de ese Ayuntamiento nunca se había hecho tan visible entre los más de 8.000 municipios que hay en España. Y es que Arres está en la lista de los únicos cuatro ayuntamientos - los otros son La Quar (Berguedà), Illán de Vacas (Toledo) y San Juan de la Encinilla (Ávila)-que han rechazado las ayudas del plan del Fondo Estatal de Inversión Local, aprobado por el Gobierno con la esperanza de fomentar el empleo y reducir las listas del paro.

La respuesta unánime y positiva dada por los municipios al plan propuesto por Rodríguez Zapatero es la cara del éxito de esta iniciativa. Pero esa aplastante mayoría es, al mismo tiempo, lo que ha hecho cobrar protagonismo a estos cuatro alcaldes que no mostraron en su día el mínimo interés por conseguir un céntimo de los 8.000 millones de euros presupuestados en el plan.

A Pere Castet nadie le va a convencer ahora, sin embargo, de que su pueblo se ha equivocado. El alcalde de este apartado municipio de Val d´Aran defiende la opción tomada en un concejo abierto - los 60 empadronados en Arres son insuficientes para formar listas-tras el voto de los vecinos que acudieron a la convocatoria.

"A nosotros no nos salían los números", afirma Castet. A su municipio le correspondían poco más de 11.000 euros. "Para recibirlos teníamos que redactar un proyecto, hacer memorias y superar otros trámites burocráticos. Todo esto cuesta dinero, calculamos que como mínimo 3.000 euros, y esa cantidad habría tenido que adelantarla el Ayuntamiento", argumenta el alcalde. Arres tiene un presupuesto anual de 7.000 euros y no es fácil disponer de liquidez para el inicio de cualquier obra". Los vecinos de Arres hicieron, por lo tanto, cuentas, y llegaron a la conclusión de que no valía la pena adelantar un dinero que ahora necesitan para otros proyectos "para acabar recibiendo, sin saber cuándo, seis o siete mil euros", sostiene Castet.

El alcalde insiste en que el rechazo a esa ayuda no debe interpretarse como un acto de chulería ni de provocación - otros vecinos de Arres sí que manifiestan abiertamente que la "calderilla" que les daban en Madrid no iba a sacar al pueblo de ningún apuro-y aprovecha la inesperada fama conseguida con toda esta historia para pedir ayudas para obras que sí pueden cambiar la vida de los vecinos, "como la mejora de la carretera, con la construcción de una variante en Vilamòs, o la apertura de un camino asfaltado hasta la iglesia para facilitar el acceso al templo cuando hay nieve", explica el alcalde.

Las explicaciones de Castet para justificar la decisión tomada en Arres contrastan con la escueta respuesta proporcionada por el otro Ayuntamiento catalán que optó por rechazar un plan por el que le correspondían alrededor de 10.000 euros. La alcaldesa de La Quar (Berguedà), Maria Antònia Raurell, zanja el tema con una frase: "Este es un municipio con 60 personas empadronadas, que todavía no tiene aprobado ningún plan de ordenación urbanística y, por lo tanto, no teníamos dónde invertir ese dinero".

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